La figura del Freelance me encanta. Y no es porque durante la última etapa de mi vida esté trabajando por mi cuenta (que también). No me he dedicado siempre a ser Community Manager independiente ni al diseño gráfico freelance toda la vida…
He trabajado por cuenta ajena durante más o menos 10 años, y ya en esa época, me gustaba contar con con colaboradores que trabajaran por cuenta propia. Siempre que mi departamento necesitaba servicios de traducción, formación, o un reportaje fotográfico para cubrir un evento… siempre intentaba buscar los servicios de profesionales independientes.
No es bueno generalizar. Hay freelance y freelance. Pero normalmente las personas que trabajan por cuenta propia suelen tener una serie de características comunes, y muy interesantes desde el punto de vista profesional.
SU PROFESIÓN ES A LA VEZ UNO DE SUS HOBBIES.
Suerte ¿no? Pues a simple vista sí, aunque no hay suerte sin esfuerzo. Pero realmente es una ventaja poder trabajar con alguien que realmente disfruta de su trabajo porque en cierto sentido, ese amor por su profesión siempre es algo positivo que se acaba compartiendo.
Además, los profesionales freelance sentimos la necesidad de estar en constante formación. Un reciclaje continuo, en gran parte porque a un freelance le gusta lo que hace, por seguir evolucionando, por estar a la última.
Te pueden ofrecer otro punto de vista a tu negocio, su experiencia colaborando con otras empresas les hace tener una visión muy amplia, tanto del mercado, como del funcionamiento interno de una compañía. Este «aire fresco» puede aportar mucho valor, tanto al resto de empleados que pueden ver una nueva motivación en su trabajo, como a nivel de marca.
Los freelance, LIBERADORES DE TIEMPO.
En ocasiones hay tareas que requieren demasiado esfuerzo y/o tiempo a alguien que no es experto en esa materia. Delegando estas tareas, pueden centrarse en otras prioridades, donde además si son expertos, y dedicar el tiempo a la actividad de la compañía que realmente es lo que aporta la mayor parte de la facturación.
Como norma general, cuando un freelance cumple las expectativas iniciales, las empresas siguen pidiendo su colaboración en la medida que sea necesaria, puesto que al ir conociendo poco a poco el funcionamiento interno de la compañía, el sector, el producto, etc, es mucho más fácil la realización de los proyectos asignados.
Otra ventaja suele ser la rapidez en sus respuestas. La inmensa mayoría de los freelance que conozco, por supuesto es mi caso también, no tenemos horario. Esto no quiere decir que trabajemos 24 horas 7 días a la semana, pero sí que cuando hay que entregar un proyecto se hace un esfuerzo grande para garantizar una rápida respuesta. Normalmente (vuelvo a generalizar) el grado de compromiso de los profesionales por cuenta propia suele ser bastante elevado.
Tareas puntuales o a tiempo parcial.
No voy a entrar en las ventajas económicas porque ahí cada uno tiene que valorar la situación de su empresa y sus posibilidades. Habrá compañías que prefieran que todas sus tareas se lleven de forma interna, y prefieran contratar personal directamente para realizar las labores que en ese momento sean necesarias.
Muy válido también. Pero en ocasiones esas tareas suelen ser puntuales, o requieren solo una pequeña parte de la jornada laboral. En estos casos la mejor solución suele ser delegar estas actividades a un profesional especializado. Por otra parte, ya cuenta con todo el equipo necesario para realizar su actividad, sin que la empresa tenga que hacer ninguna inversión en material, en software o hardware.
El mundo online es muy propicio para que los profesionales trabajen en equipo desde distintos lugares, puesto que las comunicaciones actuales así lo permiten. Herramientas como Slack, WhatsApp, Hangout, o simplemente el e-mail, permiten una comunicación inmediata entre profesionales si necesidad de estar físicamente en el mismo lugar.
Por supuesto para los gustos, los colores, pero desde mi punto de vista para las empresas la colaboración de un freelance en sus proyectos, si no son a tiempo completo o si no tienen personal cualificado para llevarlos a cabo, son la solución perfecta. ¿No crees?
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