Con toda seguridad, los pasos más complicado a la hora de crear una nueva marca o negocio son: Elegir el nombre y crear su imagen corporativa. Y desde mi experiencia, también es una de las tareas más complicadas para un diseñador.
La imagen corporativa de una empresa o marca, es «la primera impresión» que los demás reciben de ella. Tiene que ser atractiva pero a la vez definirla perfectamente de un vistazo. Por eso debe realizarse de una forma acorde y cuidada.
Para saber por dónde empezar, tenemos que tener claro cómo es la empresa (o marca). Antes de nada es necesario tener un buen Briefing, información esencial para empezar a construir la imagen corporativa.
FACTORES IMPORTANTES PARA REALIZAR EL BRANDING DE UNA EMPRESA.
A la hora de crear la imagen corporativa de una empresa (y/o marca, claro) lo más importante es conocerla a fondo.
Teniendo claro sus valores, lo que realmente es, lo quiere transmitir, su trayectoria, a qué publico se dirigen, qué les diferencia de la competencia, etc., casi el 50% de la identidad corporativa debería estar más o menos clara. Por eso es necesario un estudio a fondo en este sentido.
Cuanta más información, más fácil será dar con la imagen que mejor define a la compañía y su filosofía.
LA FASE DE DISEÑO DE LA IMAGEN CORPORATIVA.
Una vez definidos los rasgos generales de la empresa, los diseñadores nos ponemos a trabajar en el desarrollo de la marca. Lo primero es realizar un collage de ideas o moodboard, para comprobar si la idea que tiene el cliente está en concordancia con la nuestra. Aquí se eligen colores, tipografías, texturas, imágenes y demás elementos gráficos que se identifiquen con nuestra marca.
Pasada esta fase, y basándonos en las ideas anteriores, procedemos a la creación del logotipo, en sus diferentes versiones, puesto que se utilizaran en multitud de formatos y soportes, tenemos que tener versiones que se adapten a cada uno de ellos.
Aparte del logo, también es conveniente la creación de un «Claim» o slogan, para que con una sola frase, podamos saber la filosofía de la compañía, aunque dependiendo de los casos, este paso no es imprescindible.
Y después se desarrolla toda la imagen corporativa. Se realiza el «Brand Book» o Manual Corporativo. En él incluiremos todos los elementos gráficos con sus proporciones, colores, tipografías, diferentes formatos, sus versiones en cuatricromía, blanco y negro, escala de grises etc.
Asimismo incluiremos un ejemplo de los principales elementos gráficos (Papelería, packaging, catálogos, rotulación, etc.) para que quede claro como es la linea creativa. Así servirá de guía para las creaciones futuras ya sean de material impreso en cualquier soporte, como para su uso digital.
EVOLUCIÓN DE LA MARCA
Con el tiempo, y según vaya evolucionando la empresa o marca, la imagen corporativa también debería ir evolucionando. Es importante para no anclarnos en una imagen que pueda verse antigua, pero eso, repito, es con el tiempo. No se puede cambiar o modificar muy a menudo. Esto restaría credibilidad a la empresa y daría sensación de inestabilidad, lo que sin duda genera desconfianza hacia la marca.
En definitiva, la imagen de nuestra empresa nos diferencia del resto, por ello debe crearse con calma, con mimo y con un total conocimiento de lo que somos y dónde queremos llegar. Así conseguiremos crear una imagen sólida, duradera y acorde a nuestra filosofía de empresa.
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