Delegar es necesario, no hay duda. A unos les cuesta más que a otros. Algunos disfrutan de ello, y otros se preocupan en exceso sin el 100% de control, pero siempre hay tareas que tenemos que delegar.
«Aprender a delegar» es uno de los retos de muchos empresarios, o de profesionales que empiezan a crecer, y no tienen más remedio que confiar tareas a otros profesionales. Delegar no significa perder el control; supervisando no tendremos que ocupar el tiempo que deberíamos utilizar en realizar tareas más estratégicas orientadas al desarrollo de nuestro negocio.
En multitud de ocasiones no se delega por miedo.
- Miedo a que la persona a quien se le delega, no tenga las capacidades suficientes para desarrollar la tarea delegada.
- Miedo a que haga las cosas de forma diferente.
- Miedo a que no podamos tener la misma accesibilidad a la información como antes.
- Miedo a que no lo haga tan bien como nosotros.
- En algunas ocasiones, (esto es muy común en las multinacionales) incluso miedo a que lo haga mejor…
Pero con miedo no se avanza. Si queremos evolucionar en nuestro negocio hay cosas que tenemos que delegar, ya sea de forma interna con personal de nuestra propia empresa o externalizando servicios.
Delegar Requiere tiempo y esfuerzo.
A veces no es tan fácil.
En nuestro negocio hacemos las cosas de una forma aprendida, y esos conocimientos, hay que hacerlos llegar a la persona sobre la que se delega. Y para eso hay que tener tiempo. O simplemente explicar qué queremos y cómo, requiere quitar tiempo a actividades más urgentes e importantes. Por eso vamos dejando pasar el momento de delegar funciones.
Es importante invertir tiempo en planificar cómo vamos a delegar y a quién, siempre teniendo en cuenta lo siguiente:
- Qué tareas delegar. Siempre debemos tratar de confiar aquellas tareas en las que no somos expertos, las rutinarias, y cualquier actividad que no sea necesario que realicemos nosotros directamente.
- Cómo. Es importante definir la actividad, los resultados que esperamos y plazo. Siempre dando soporte a la persona que adquirirá la nueva responsabilidad.
- Elegir bien la persona. Evaluar su experiencia, actitud y habilidades. Si forma parte de nuestra organización, es indispensable saber si su carga de trabajo le permitirá realizar las tareas que vamos a delegar.
- Delimitar responsabilidades, establecer cómo reportar y método de supervisión.
- Si no externalizamos, y las tareas pueden ser realizadas por personal de la compañía… ¿Es necesaria formación?
- Si externalizamos. Es importante buscar una empresa o un profesional independiente experto en la materia. Pedir siempre varios presupuestos siempre con el mismo briefing. En ocasiones es interesante tener referencias de conocidos que ya hayan colaborado antes con la empresa externa o freelance.
En definitiva, durante el desarrollo de nuestra actividad siempre hemos de encontrar esos «liberadores de tiempo», que realizarán las tareas que no sea indispensable que realicemos nosotros mismos.
Deja una respuesta