Hoy dejamos atrás la marca o empresa y nos dedicamos a lo personal, para hablar del «buen uso» de las redes sociales. A raíz de ciertos comentarios (principalmente en twitter), se viene debatiendo sobre «libertad de expresión» vs. «hechos delictivos». Esto no pretende ser un post de opinión (aunque la tengo, y muy clara) sino una pequeña guía que, bajo mi punto de vista es importante a la hora de cuidar la imagen personal en las redes sociales.
TUS REDES SOCIALES TE DEFINEN.
Algunos piensan que las redes sociales son un altavoz de opinión: «Lo que pienso lo digo porque soy así ¡y al que le guste bien, y al que no también!»… es una opción, pero conviene cuidar las formas.
En las redes sociales todo queda plasmado y para siempre. Aunque alguien borre un twit, una publicación en el muro de Facebook, una foto de Instagram… la publicación ha sido impresa en las pantallas de muchos usuarios, incluso puede seguir activa durante mucho tiempo (por no mencionar las posibles capturas).
LA HUELLA DIGITAL.
Entendemos por huella digital, todo rastro que hayamos dejado en la red. Hay que tener en cuenta que ésta huella digital, no se puede borrar, al menos del todo. Todos recordamos muchos casos de personajes públicos de los que se ha sacado «twits» o comentarios de años pasados, que en el momento de ser rescatados nuevamente, no han hecho un gran favor a su persona. Tenemos que tener en cuenta que todo lo que publiquemos en la red, formará parte de nuestro pasado digital. Con todas sus consecuencias.
MEJOR NO PUBLICAR DE FORMA IMPULSIVA.
Si algo te sienta muy mal o estás cabreado, mejor permanecer lejos de una pantalla. Es importante no publicar nada en momentos tensos, de enfado, euforia o en estado ebrio. Es fácil hacer comentarios desafortunados si no se tiene la mente despejada.
La mayoría hemos visto familias discutiendo en Facebook, amigos que dejan de serlo por algún comentario o madres que se enteran por las redes sociales de alguna faceta «secreta» de sus hijos.
A no ser que la intención sea claramente herir a personas que no opinen como nosotros, o provocar una disputa, es conveniente cuidar mucho las palabras al expresar nuestras opiniones. Cuidar las formas y dar tu opinión no tiene por que estar reñido.
CUIDADO CON TU ENTORNO.
Las consultoras de selección, jefes, clientes o proveedores suelen rastrear en nuestros perfiles de redes sociales. Todos los temas que nos puedan comprometer, o que digan demasiado de nuestra vida privada, conviene cuidarlos mucho.
Criticar a otros usuarios, grupos políticos, ideas religiosas, publicar imágenes comprometidas o ahondar mucho en nuestra vida privada o nuestros sentimientos, puede hacer que otras personas se lleven una idea errónea (o demasiado explícita) de nosotros. Antes de publicar nada, conviene preguntarse si lo que vamos a publicar nos puede perjudicar, o perjudicar a nuestro entorno tanto si los etiquetamos como si no.
No caigamos en el error de «solo lo ven mis amigos». Todo lo que hay en las redes sociales es público, por lo tanto cualquiera lo puede ver si lo sabe buscar. Aún así, siempre es importante una buena configuración de privacidad.
CONVIENE EVITAR…
- Publicar demasiado a menudo y cosas sin importancia: ¿Es necesario decir buenos días cada mañana, o dar las buenas noches cuando nos vamos a dormir? ¿O fotografiar cada cosa que comemos? ¿O retransmitir cada segundo de las vacaciones? Cuidado con ser cansino.
- Faltas de ortografía y errores gramaticales. Antes de publicar nada, tenemos que asegurarnos que está correctamente escrito. Escribir incorrectamente da una imagen pésima de la persona que publica.
- Imágenes tomadas con poca luz y de mala calidad.
- Etiquetar personas que no quieren ser etiquetadas en determinadas publicaciones.
- Y sobre todo, publicar sin sentido común…
A partir de aquí, ya cada uno. Tu imagen personal en las redes sociales, depende de tí. Por ello siempre conviene leerlo, pensar y releerlo antes de dar a «publicar».
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